Entrevista APAZ a Paco Ortiz Remacha
«En mi primer examen práctico me quedé con el cambio de marchas en la mano»
APAZ/Zaragoza
Paco Ortiz Remacha es el director de deportes de Aragón Radio y el presidente de la Asociación de Periodistas Deportivos de Zaragoza. Hijo de Paco Ortiz, una de las voces de la historia de la radio española, ha conseguido una carrera por la que su padre sintió orgullo en vida, y que sigue en la cumbre, con los programas más escuchados del deporte aragonés.
Ácido y mordaz, polifacético siempre, dirige los deportes de la radio autonómica, que incluyen el programa nocturno ‘Tiempo Extra’. Ahora, por si le faltaban horas al día, también conduce ‘El Avispero’, en Aragón Televisión. La voz ya tiene cara. Y nosotros, se la presentamos.
Nombre y permiso de conducción.
Francisco Ortiz Remacha, carné de coche con más de 30 años de vigencia.
¿Algún problema para sacárselo en la juventud?
Sí, que en mi primer examen práctico me quedé con el cambio de marchas en la mano.
De foto…
Me sentí tan avergonzado y ridículo que no volví a presentarme hasta cuatro años más tarde, después de cumplir con el servicio militar obligatorio. Eso sí, entonces me saqué el carné a la primera.
Eso le iba a decir, que con su carácter, no me pegaba mucho la historia.
Me propuse sacármelo como sea y en el menor tiempo posible. Así aprendí una manera de ver las cosas que ya nunca he perdido. Cuando hay que hacer algo, me digo lo mismo: como sea y en el menor tiempo posible.
¿Cuántos kilómetros ha hecho después con el Real Zaragoza?
No le sabría decir. Miles y miles. Cientos de miles. También con el CAI. Al principio, cuando no tenía aún carné, los hacía de copiloto con Salvador Asensio (actual director de Radio Ebro).
Madre mía, de Salvador sí que dicen eso de “…en el menor tiempo posible”…
Bueno, es cierto que a Salvador siempre le ha gustado mucho correr. O le gustaba, vaya. Tenía a gala llegar a los sitios antes que nadie. Y llegaba, doy fe. Pero nunca, jamás, tuvimos ni un solo percance. Eso también hay que decirlo.
¿Y después?
Después, con mis coches me gustaba más ir tranquilo, a mi ritmo. También los coches que me compraba yo los cuidaba un poco más, no ya por el hecho económico en sí, que también, sino porque para mí el coche ha sido un instrumento de trabajo vital. Nunca me ha gustado correr.
Dicen del baúl de la Piquer, pero el micrófono de Ortiz Remacha no le anda a la zaga…
Así es y puedo contarlo. No siempre viajas en las mejores condiciones. En la mayoría de las ocasiones tienes que volver después del partido, de madrugada, y seguramente has tenido que ir ya desde el punto de la mañana, por lo que siempre me ha preocupado mucho quedarme dormido al volante. Así que sigo todos y cada uno de los preceptos necesarios: si estoy cansado me paro inmediatamente, me hidrato continuamente, huyo de las comidas copiosas y, por supuesto, no bebo ni una gota de alcohol.
¿Alguna manía?
Sí, dos: cuidar mucho los neumáticos y llevar siempre las escobillas de los limpiaparabrisas en perfecto estado. Si encuentras lluvia o nieve por la carretera es fundamental.
Anécdotas, miles…
Pues imagínese. Hemos hecho tantos kilómetros… En España, excepto a Canarias, siempre íbamos en coche a todos los sitios. Y cuando seguíamos al CAI por Europa, prácticamente todos los desplazamientos eran por carretera, incluida la famosa final de Ginebra. Las empresas economizaban al máximo. Hemos hecho viajes de lo más inverosímiles y nos ha pasado de todo.
¿Algo que se pueda contar?
Una vez, después de un partido de Copa, en el noventa y tantos, nos agarró una nevada terrible volviendo de Valencia y el coche nos dejó tirados. Estábamos en la cuneta y vimos a lo lejos un coche que nos resultó familiar, lo cual es una inmensa alegría cuando eres presa de la desesperación y no ves la hora de volver a casa. Era Alejandro Lucea, de Heraldo de Aragón. Y ahí nos pusimos, tan contentos, a hacerle señas para que parase. Alejandro llegó a nuestra altura, bajó la ventanilla, saludó efusivamente… y pasó de largo.
¡Y ahí les dejó…!
Tuvimos que llamarle para que volviera. Menos mal que ya existían los teléfonos móviles.
Ay, el teléfono móvil, otra…
Siempre he llevado manos libres. Y recomiendo a todo el mundo que lo lleve. Ahora que viajamos varios compañeros de la radio en el coche y nos vamos turnando, yo no permito que nadie que va conduciendo coja el teléfono. Y menos con tanta oferta que hay ahora de whatsapp, correos, sms… Si no conduzco, lo cojo yo.
Con la nueva distribución del tráfico de Zaragoza, el tranvía, y demás cambios, ¿cuánto tiempo extra le cuesta llegar a los sitios?
En Zaragoza cojo poco el coche. Más que el tráfico, me preocupa mucho dónde dejar el coche. Tenemos una carencia de aparcamientos públicos, más baratos, que me encantaría que se solucionase.
Entonces, ¿Zaragoza es un avispero?
Zaragoza es ahora una ciudad más compleja.
Parafraseando a su imitación del desaparecido ‘En el Fondo Norte’: No le está gustando nada Zaragoza.
No, no, al revés. Una cosa es que me gustaría que mi ciudad mejorase en algunos aspectos y otra que no diga que es la mejor del mundo.